La Orden del Carmelo Descalzo Seglar de
Caracas, está integrada por tres comunidades:
1. Comunidad de las Moradas.
Pionera desde el año
1997 y llevada a “Fraternidad”; ubicada en Catia, al oeste de la ciudad de
Caracas.
2. Comunidad Llama de Amor Viva.
Nacida de “Las
Moradas”; situada en Los Chorros, al este de Caracas.
3. Comunidad La Trinidad.
Surgida también de
"Las Moradas"; tiene su sede en la ciudad de Valencia, Estado
Carabobo.
Las tres Comunidades se mantienen
unidas con armonía, respeto y amor fraternal en el trabajo y la vida diaria,
siempre con el gran deseo y disposición de seguir las enseñanzas de oración,
silencio interior y meditación que nos legaron nuestros padres; San Juan de la
Cruz, Santa Teresa de Ávila y tantos otros santos carmelitas, paradigmas de la
vida carmelitana.
La Fraternidad Carmelita Descalza de
Caracas, presta sus servicios a la Iglesia, dentro y fuera del Carmelo; los
carmelitas seglares llevamos adelante varias tareas; entre ellas, catequesis
para niños; para adolescentes y para personas adultas; la cuales tiene lugar en
la Parroquia "San José Obrero" de Catia y en el colegio "Niño
Jesús de Praga". Igualmente cumple una importante labor en el Ministerio
de la Eucaristía.
Nuestra Fraternidad también presta
apoyo en la “Escuela de la Mística Carmelitana”, que se reúne el tercer sábado
de cada mes en el Monasterio de las “Hermanas Carmelitas Descalzas” en los
Chorros. También participamos en otras labores requeridas por la ocasión y
solicitudes especiales.
Los Carmelitas Seglares que conformamos
las comunidades de "Las Moradas", "Llama de Amor Viva" y
"La Trinidad", a través de nuestro servicio en diversas parroquias a
las cuales pertenecemos, deseamos dar testimonio de vida; como se expresa la
regla de San Alberto de Avogadro: “Vivir en obsequio de Jesucristo y
servirle fielmente con corazón puro y buena conciencia". Para el
Carmelita es vital el ejemplo de vida, por su contenido de entrega, obediencia,
humildad y servicio al prójimo; baluartes y escudos para cumplir con firmeza y
confianza la voluntad de Dios.
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